Peacemaker

Por Ignacio Balbuena

EE.UU., 2022, 8 episodios de 40′
Creada por James Gunn
Con John Cena, Steve Agee, Danielle Brooks, Chris Conrad, Christopher Heyerdahl, Jennifer Holland, Chukwudi Iwuji, Nhut Le, Robert Patrick, Lochlyn Munro, Annie Chang, Alison Araya, Lenny Jacobson, Freddie Stroma, Elizabeth Ludlow, Rizwan Manji, Neil Webb, Zak Santiago, Paul Lazenby, Darryl Scheelar, Viola Davis, Jason Momoa, Ezra Miller

La muerte le sienta bien

The Suicide Squad, la secuela-soft reboot de James Gunn fue mi película favorita de superhéroes de 2021. Mientras Marvel remató un año prolífico pero de calidad irregular, DC encontró en Gunn al director ideal para trabajar en la secuela la fallida película grim dark bro de David Ayer. En esa película, la primera escena post-créditos nos anunciaba que Christopher Smith aka Peacemaker, había sobrevivido a sus heridas, y que a formar un equipo con Harcout y Economos, dos personas de la oficina de Amanda Waller y que la traicionaron durante el clímax de la película. 

14 años después de aquella escena post-créditos en la que Nick Fury anunciaba la Avengers Iniatitve, es imposible no reaccionar con cierto cinismo ante estas escenas. Donde antes había expectativa y euforia, ahora hay sinergia corporativa. Claro, ya sabíamos que se venía la serie creada por James Gunn, un spinoff basado en el gigantón interpretado por John Cena, y ‘’pronto por HBO Max’’ era lo único que faltaba en ese teaser post-créditos. Pero terminé dándole una chance y me encontra viéndola con entusiasmo cada jueves. 

James Gunn escribió toda la temporada y dirigió más de la mitad de los capítulos, y su sensibilidad aparece plenamente a lo largo de toda la serie, desde las figuras paternas y las familias encontradas (como en Guardianes de la Galaxia) a los parásitos controladores de cuerpos (como en Slither) a las figuras superheroicas ancladas en cierto realismo psicológico, al menos del punto de vista de la construcción de personaje (como en Super). Y por supuesto, herencia de su trabajo en Troma y continuando el tono de su versión del Escuadrón Suicida, hay un montón de gore y chistes de pijas. Esto nunca fue Disney, y si bien banco un montón los mixtapes y las aventuras de Guardianes de la Galaxia, a Gunn el splatter le sienta bien. 

Como muchas series modernas, Peacemaker es una serie sobre el hecho de vivir con un trauma y cómo sobrellevarlo. Pero también sobre el proceso de aprender de eso y tratar de mejorar como persona. Algo que parecía imposible con el personaje de Peacemaker, quizás la elección menos obvia para un spinoff deThe Suicide Squad, pero James Gunn lo logra gracias a un enorme John Cena, un águila CGI y un excelente soundtrack de Hair Metal / Glam de los ‘80s. 

La elección de basar el soundtrack en hits rockeros grasas en vez del funky cool de los ‘70s que es la marca de sonido de tantas películas y series (los Guardianes incluidos) ya habla bastante de las decisiones que tomó Gunn a la hora de crear el tono de la serie, una en la que el estado de adolescencia de un track de rock hiper-cheesy tardía no necesariamente impide crecer. Es más, puede convertir a un escuadrón de mercenarios en un grupo de amigos, o puede servir para un momento de introspección, como ese cover de Home Sweet Home que John Cena tocó realmente en el piano.

La trama de Peacemaker en términos del sci-fi superheroico está bien, aunque es lo más estándar de toda la serie: invasión alienígena, defender a la tierra, etc. Nada fuera de lo común. Pero como esto es Gunn, la serie sobresale por su tono y el trabajo con los personajes. Todos encuentran un momento para brillar, sobre todo hacia los últimos episodios, donde se empiezan a resolver los arcos de personaje. Y por supuesto esto incluye a Eagly! . A John Cena, Harcourt y Economos (que ya vienen de la peli anterior) se le suman Leota (la hija de Amanda Waller infiltrada en el grupo) y Murn, un líder de equipo con mucha sangre en su prontuario, y Vigilante, un superhéroe acaso más violento que el propio Peacemaker, casi un personaje de cartoon. Del lado de los villanos, un gran Robert Patrick como Auggie Smith, haciendo a personaje que es un supremacista blanco repugnante y el responsable real de SPOILER ALERT la muerte del hermano de Peacemaker. 

En este sentido, Gunn demuestra en esta temporada un buen manejo del formato televisivo. No es una de esas típicas 2 horas de película alargadas a 10 horas de tele. Y además tiene un gran opening! Imposible darle skip intro. El ritmo semanal al que fueron volviendo los servicios de streaming también la favorece. Peacemaker no es una serie hecha para dejarte manija y hacer binge watching, prefería encontrarme viéndola cada semana, como el encuentro con una saturday morning cartoon medio punk. 

Más interesante que todo el asunto con los aliens es la relación con su padre, toda una subtrama paralela que define al personaje de Christopher Smith y donde verdaderamente se ponen en juego las temáticas de trauma, supervivencia y redención que de alguna manera también aparecen en la superficie de algunos de los otros personajes. Bueno, no para todos, en el caso de Economos es admitir que se tiñe la barba, pero no todo en la vida es drama. 

John Cena obviamente tiene el físico para interpretar un superhéroe. Hace poco contó que lo vienen rechazando sistemáticamente en Marvel y DC, lo cual es inexplicable. Y además es muy gracioso, como se ha comprobado en varias comedias americanas herederas del humor de Judd Apatow. Pero en la serie, John Cena aprovecha para encontrar melancolía y una tristeza profunda en el personaje, algo que no se construía para nada en The Suicide Squad, donde el personaje empieza como comic relief y deviene villano. 

Hay algo de Super también aquí dado que mayormente la serie no transcurre en grandes locaciones o no tiene batallas muy espectaculares. Muchas escenas de la serie son gente cagándose a piñas en galpones. También asesinan a un gorila con una motosierra, pero eso al margen. Obviamente es una producción de Warner, lejos del indie, pero hay una intención clara de llevar de que la serie transcurra en espacios más cercanos a los del mundo real. Dinners y bares donde los personajes escabian, la casa-trailer de Peacemaker, una callecita al lado de un bosque, galpones y departamentos,, espacios comerciales como fábricas o una veterinaria. 

En todos Gunn encuentra la oportunidad para un gag o un momento de avanzar las relaciones entre los personajes. Esto no quiere decir que la serie no tenga despliegue: los cascos con poderes especiales de Peacemaker son un highlight, en especial hacia el final, donde se pone en juego una especie de heist explosivo. Ahí si, Gunn aprovecha la plata y mete tiro, lío y cosha golda: un alien GIGANTE, tiros a lo John Wick, mucha sangre. Todo con el tema de Wig Wam ‘Do You Wanna Taste It?’’ de fondo (el opening de la serie, claro). Y además un cameo que seguro le dio muchos dolores de cabeza a los ejecutivos de Warner/DC y que funciona como remate hermoso al chiste-rumor recurrente en la serie de que Aquaman se garcha peces. Frente a la oportunidad de aliarse con las mariposas alienígenas, Peacemaker elige quedarse con su familia encontrada, y de paso hacer las personajes con Leota, que lo había traicionado para congraciarse con su madre. Esto da paso a una conferencia de prensa que marca un nuevo status quo para la segunda temporada (y para todo DC técnicamente, aunque la continuidad de estas pelis es cualquier cosa menos prolija). Con eso, y una visión muy presente de sus demonios internos (un Robert Patrick espectral), Peacemaker da pie a segunda temporada ya confirmada. Esta vez lo esperamos con rock en vez de cinismo.

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