Ratched

Por Gabriel Santiago Suede

EE.UU., 2020, 8 episodios de 50′
Creada por Evan Romansky 
Con Sarah Paulson, Judy Davis, Harriet Sansom Harris, Cynthia Nixon, Hunter Parrish, Amanda Plummer, Corey Stoll, Sharon Stone, Jon Jon Briones, Finn Wittrock, Charlie Carver

Mona

Tengo que decir que no me gusta prácticamente nada de lo que ha hecho Ryan Murphy a lo largo de su carrera: no vi Popular, pero si supe ver Nip/Tuck allá por los 2000s. Tengo que admitir que algunos capítulos de Glee funcionaban conmigo, fundamentalmente por mi amor al musical y por las buenas elecciones de canciones populares, grandes invitados (ay, Gwyneth Paltrow!) y algún par de cosas mas, como coreografías pegadizas y felices. Con American Horror Story el asunto siempre fue ambivalente: buenas ideas pero no siempre una buena consecusión. No vi The New Normal ni Scream Queens ni Feud ni Pose. Sobre The Politician puedo decir poco y nada ya que no soporté más de un capítulo. Decidí huir de Hollywood y su mala operación alla Tarantino y no vi 9-1-1 Lone Star. Uds se preguntarán entonces: para no gustarte Ryan Murphy viste casi 3/4 partes de su obra, cómo se entiende? Respuesta sintética: es el morbo que me puede y me hace ver las cosas que hace como quien ve a una persona resbalarse con una banana y disfruta la caída. Pero Murphy no cae. O mejor dicho: siempre cae bien parado.

Trailer Ratched Serie Netflix 1596617820

Aclaraciones, entonces: Ratched no es, técnicamente, una serie creada por Ryan Murphy. Pero si está supervisada, está rodeada por esas decisiones propias del diseño de producción de aquel. Es como si se produjera un préstamo de responsabilidades, como si se produjera un relevo de mando. Pero antes que relevo todo el asunto suena mucho al enroque Putin-Medvedev antes que a una verdadera cesión de mando a las decisiones de un tercero. Murphy sigue siendo, por lo tanto -como en tantas ocasiones hemos visto tanto en cine como en la televisión- la verdadera alma mater detrás de todo el asunto. En este sentido es inevitable el reconocimiento de marcas: cinefilia referenciada sin sutileza alguna (en este caso Hitchcock vía De Palma, pero también Argento o incluso Verhoeven), representación exagerada, persistente e hiperbólica del sexo en pantalla sin escatimar en simbolismos, obsesión con las tramas que incluyan revelaciones sobre la elección sexual (casi toda la serie se esconde detrás de una gran salida del closet), representación paranoica y vulgar de las acciones de los grupos de poder (en la mirada de Murphy siempre hay un poder oculto a dilucidar).

Ratched El Diseno Muy Presente En La Serie Del Momento 1052785 1

Ahora bien: por qué Ratched ? Por qué consumar un spin-off respecto de uno de los personajes mas conocidos de una película mítica (pero mediocre, no jodamos) como lo fue Atrapado sin salida (Milos Forman, 1975)? Francamente lo desconozco. O en todo caso, apenas puedo aventurar uno de los motivos posibles: reescribir todas las veces que sea necesario el pasado con el cual el presente se obsesiona cada vez más. Ahora bien: tiene algo medianamente interesante, nuevo, extraño para decir esta serie? En alguna medida si, en otra no. Todo el recorrido paranoico y anti-manicomial no presenta interés alguno. O al menos no un interés mayor al que ya de por si pudimos haber visto en una y mil películas sobre el encierro en instituciones que pretenden “devolver al paciente a la salud” (películas que, por otra parte, precisan construir un anacronismo y un artificio: pensar a las instituciones psiquiátricas de mediados del siglo XX como si se tratara de instituciones decimonónicas y todo esto visto desde una mirada del siglo XXI). Al mismo tiempo que suceden esas decisiones, esos lugares comunes, también hay un tono zumbón que no nos permite tomarnos nada demasiado en serio. Por eso también hay en la serie algunos elementos liberadores, quizás los responsables de que la serie nos lleve hasta el final luego de un recorrido oscilante, con un interés no siempre muy claro y definido.

Ratched Seizoen 2

Cuando la serie abraza su cinefilia de tablón (que es, para decirlo en letras claras, grosera y superficial) y se hace cargo de los lugares comunes de los géneros con los que coquetea (policial, terror, thriller) bordea ese tono tan característico que hace al cine de David Lynch. En este sentido, cuando no se toma demasiado en serio a si misma (gracias Verhoeven), cuando no quiere ser una versión de Hitchcock con perspectiva de género, cuando no quiere ser una versión “seria” de De Palma, sino cuando se hace cargo del barro popular al que pertenece (y en donde Murphy suele conseguir lo mejorcito de su obra sobrevalorada), cuando adopta el grotesco como condición discursiva, ahí Ratched avanza como un tren. Si, son apenas un par de estaciones sin detenerse, pero tiene momentos que valen la pena y la espera. Ahora bien, nada de esto augura un recorrido que amerita 8 episodios. Los personajes son extravagantes (otra vez Lynch) y se agradece, pero los arcos dramáticos son mas bien pobretones o se diluyen en la perspectiva de múltiples identidades que conviven en el interior de los tonos que maneja esta serie.

Hacia el final, no obstante, el tono invierte la malevolencia del principio. Las cosas tienden a ordenarse. Y, como todo orden en un chiquero, es imposible e inútil, ya que disfrutábamos mas de las chanchadas y de las revolcadas antes que de la presunta sofisticación del comentario político-social (Ay, Murphy Murphy: si, los ricos son todos unos pervertidos!). Algunas sorpresas. Algún nuevo zarpazo depalmiano y no mucho más para ofrecer. Repleta de plumas y seda, la mona sigue siendo mona.

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