Air: La historia detrás del logo

Por Sergio Monsalve

AIR
EE.UU., 2023, 112′
Dirigida por Ben Affleck
Con Matt Damon, Ben Affleck, Viola Davis, Chris Messina, Marlon Wayans, Chris Tucker, Jason Bateman, Gustaf Skarsgård, Matthew Maher, Julius Tennon, Jessica Green, Joel Gretsch, Barbara Sukowa, Tom Papa, Gabrielle Bourne, Lechristopher Williams, Dan Bucatinsky, Haylee Baldwin, Andy Hirsch, Tami Jordan, Zacorri, Ure Egbuho, Martina De Leon.

Win Win

Air, la historia detrás del logo es puro minimalismo cool e irónico de Ben Affleck, de regreso a la oficina con su mejor amigo, Mat Dammon. La Jerry Maguire del 2023. Affleck & Damon hackearon al sistema desde las orillas de Nueva York, cuando lograron romperla con su guion indie de En busca del destino. Recibieron juntos el premio de la academia y lo demás es historia.
Ambos vuelven a narrarse, como “Mavericks” de un Hollywood post Top Gun, bajo la inspiración de un caso legendario de éxito corporativo: la historia del fichaje de Michael Jordan, por parte de Nike, para derribar a los colosos del mercado, Converse y Adidas, en su momento de apogeo en los ochenta.
Nadie apostaba un peso por el futuro deportivo de la empresa de Phil Knight en el ramo del baloncesto. Así que reconstruir su biografía, supone un trabajo de afirmación para la estrella delante y detrás de la cámara, Mister “Argo”, uno de los intérpretes más pagados de sí mismo en la meca.
Con mis ojos, lo vi llegar a una rueda de prensa con guardaespaldas, mostrándose algo distante y parco con nosotros los de los medios. Affleck es un tipo difícil, ciertamente un genio a su modo, que se siente en otras alturas y te lo hace saber. Damon es más canchero y terrenal.
De modo que su junte los compensa en la estupenda y emocionante Air, donde relatan una gesta de puro gusto del Oscar, al narrar la hazaña de convencer a Jordan y de diseñarle una zapatilla, a su imagen y semejanza, cuando apenas era una utopía, un sueño americano por consolidarse, a partir del draft de los Chicago Bulls.
Corría el año 1984. Norteamérica lucía un panorama ciertamente orwelliano, con el rearme moral de Reagan a la vista y una cultura popular en pleno proceso de redefinición, sin un norte todavía claro.
El autor que es Affleck, traduce aquella iansiedad, con el tino del primer Oliver Stone, el de la fuerza de Un domingo cialquiera, en un operación dramática que bebe de la astucia de los antihéroes blancos de clase media de Moneyball, y de las integraciones raciales de Un sueño posible.

Una lección de cómo jugar creativamente con las mixturas y mezclas que hoy dividen al mundo, polarizando a la sociedad americana.
Sin demasiada retórica, exponiendo una acción contundente, Affleck nos envía un mensaje edificante: hay que confiar en nuestros talentos, los de la vieja escuela y los de la generación de relevo, siendo empáticos y responsables con la comunidad.
Porque una empresa, que es como el país, se salva con todos a bordo, se hunde por sus luchas intestinas.
Una obrita maestra que a la calladita permanecerá con nostros por siempre.
Es la primera que veo con chances para el Oscar 2023, a pesar de la distancia. Viola Davis, con su sobriedad de madre abnegada, merece una nominación, como mínimo.
Y Matt Damon, sin postizos, nos da una lección de cómo mantenerse humilde con unos kilitos de más.
Gente que labura y que nos alegra el día, escuchando Bruce Sprinsgteen.
Ni hablar del soundtrack.
Y sí, Ben es un crack!
En fin, un largometraje que es un súper negocio del emplazamiento de productos, puro win win.

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