Juego Perfecto
En Juego Perfecto, su segunda incursión como director, Russell Crowe decide merodear ese subgénero cuyas tensiones se orquestan alrededor de una mesa de póker. Las posibilidades son claras, y hasta teatrales en su forma: un espacio reducido y un grupo de personajes enfrentados en una competición que muchas veces requiere dominar el arte de las apariencias y del engaño.