Mil Uno
Mil uno está recubierta de una capa intimista potenciada por diálogos cortantes y confrontacionales, propios de personajes heridos por la indiferencia de un sistema que los mantiene al margen del protagonismo público. Para darle mayor profundidad a esta historia de individuos anónimos, la directora plantea subtramas en las que desarrolla temas que van desde el racismo hasta el abuso por parte de las autoridades policiales.