Mil Uno
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Mil Uno

Mil uno está recubierta de una capa intimista potenciada por diálogos cortantes y confrontacionales, propios de personajes heridos por la indiferencia de un sistema que los mantiene al margen del protagonismo público. Para darle mayor profundidad a esta historia de individuos anónimos, la directora plantea subtramas en las que desarrolla temas que van desde el racismo hasta el abuso por parte de las autoridades policiales.

Con Todos Menos Contigo
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Con todos menos contigo

Con todos menos contigo es la película más shakespereana de los últimos años. O al menos la que mejor supo entender al inglés que llenaba sus obras de gente calenturienta que hablaba hasta los codos solo para que no se note su inseguridad galopante. Lo es porque todo su sistema de comunicación verbal es una antigüedad que casi no reconoce punto de contacto con el habla cotidiana. O al menos es una antigüedad para un presente que enterró y prendió fuego a un género como la comedia romántica neoclásica (esa que renace a mediados de los ochentas y que hasta principios de los 2000s todavía contaba con un público cautivo que hoy solo puede consumirla a escondidas).

Sly
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Sly

Cuando Sly termina, con su protagonista desarmando todo para volver a mudarse (uno de los tantos cambios de piel mas a los que acostumbró en toda su carrera), la piña va directo a la cara. La trompada es frontal. “Yo estoy en el negocio de la esperanza” debe ser una de las grandes líneas para finalizar una película, que en este caso, como sucedió en su momento con Arnold, también mezcla autobiografía con bullshit.

Fin del Contenido

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