El Villano

Por Ludmila Ferreri


Argentina, 2023, 75′
Dirigida por Luis Ziembrowski & Gabriel Reches
Con Luis Ziembrowski, Ricardo Ragendorfer, Manolo Iedbabni, Gabriel Goity, Dady Brieva, Gabo Correa, Pablo Echarri, Alejandra Flechner, Sergio Boris, Flor Dyszel

Las cartas marcadas

Parte del cine argentino más curioso, inquieto, inclasificable de este año (pero también de los últimos) deriva de instancias de autosuperación que mezclan, como si se tratara de una suerte de reversión del cinema verité, parte de representación, parte de real. En este orden de acontecimientos, lo que propone El Villano va en esa curiosa dirección. Y no necesariamente porque los calificativos mencionados al principio sean sinonimia alguna de que la película sea necesariamente buena, pero si habla de la búsqueda.

Con El Villano se pretende hacernos parte de una suerte de cirugía a corazón abierto, donde el mismo Ziembrowski se pregunta por la carrera que supo construir como actor. En esa búsqueda, por lo tanto, se nos depliegan uno y mil recursos disponibles, como si la película no asumiera un estilo particular. O en todo caso, como si su estilo fuera un patchwork desesperado.

Un poco a modo de juego, un poco a modo de terapia gratuita, lo que hace Ziembrowski junto a Reches como codirector es preguntarse si existe alguna relación entre la historia personal y la historia como actor. Pero no sabemos si creerle (acaso esa indeterminación sea lo más interesante de esta película zigzagueante). Para eso el Ziembrowski actor-personaje-persona recorre una suerte de árbol genealógico que revela algunas cosas oscuras que no terminamos de corroborar si en efecto pertenecen a la realidad o a la fabulación.

La pregunta que surge (y ahí, citando a Joyce, podríamos decir que donde Ziembrowski&Reches se ahogan, un Kiarostami flota y sabe nadar) es si los directores terminan de comprender el monstruo que han creado. Y creo que en mayor o menor medida los excede, porque empiezan a aparecer agujeros que permiten, al menos a primera vista, pensar que lo que estamos viendo se inclina más para el lado de la fabulación que para cualquier otro. Cuando eso sucede nos sentimos un poco engañados, es cierto, pero de manera un tanto torpe, como un mago que mientras hace el truco se le caen las cartas marcadas al piso.

¿Te gustó lo que leíste? Ayudanos con un Cafecito.

Invitame un café en cafecito.app

Comparte este artículo

Otros ArtÍculos Recientes

Enterate de todo...

Recibí gratis todas las novedades en tu correo a través de nuestro Newsletter