EE.UU. – Canadá, 2024, 117′
Dirigida por S.J. Clarkson
Con Dakota Johnson, Sydney Sweeney, Isabela Merced, Celeste O´Connor, Tahar Rahim, Mike Epps, Emma Roberts, Adam Scott, Kerry Bishé, Zosia Mamet, José María Yazpik
Huevos podridos
Nadie dijo nunca “voy a pagar para ir al cine a ver cómo se van venciendo los derechos de personajes laterales de Marvel”. Y aún así hay gente que se inmola.
A diferencia de DC -cuyo plan gatuno de usar las mil vidas que tiene para reinventarse con nuevos directores de contenido mientras su competidor-, Marvel, pierde millones con los subproductos que no le encuentran la vuelta a la decadencia post Avengers Endgame…pero por el lado de Sony (exceptuando las notables películas animadas de Spiderman como Spiderman: Un nuevo universo y Spider-Man: a través del spider-verso) las cosas no andan mucho mejor, sino que implosionan a velocidad ultrasónica, acelerando el proceso de auto-aniquilación del cine de superhéroes.
Si DC espera levantar cabeza con la era Gunn (todavía hay expectativas cifradas ya que los antecedentes de Gunn son muy buenos), si Marvel pone toda la carne detrás de la reinvención de su propio universo llevando las cosas a foja cero con Deadpool & Wolverine y jugándose todas las cartas para traer al público de retorno al cine con Avengers Secret Wars para 2028 (es decir, para el momento en el que se cumplan 20 años del inicio del universo MCU con Iron Man), lo de Sony es, a primera vista, la paciente espera por el vencimiento de los derechos, el manoteo desesperado a los personajes secundarios que Marvel no posee (así como Fox fue perdiendo los derechos de Los cuatro Fantásticos y X-men) y su explotación desastrosa esperando que algún personaje logre “armar saga”. Ahí están los fracasos (excepto la segunda parte de Venom) como Venom, Morbius, la presente Madame Web, y los probables futuros fracasos de Kraven el cazador, y las películas en proceso de producción de The Sinister Six, Nightwatch, Jackpot, Spider Woman, El muerto, Mysterio, Hypno-Hustler. Todos estos derivados directa o indirectamente del mundo de Spider-man, sobre el cual Sony apenas puede apoyarse con holgura gracias al prestigio de las películas animadas.
En este orden de cosas, el fracaso preanunciado de Madame Web se confirma plenamente con este artefacto imposible que no sirve, siquiera, para el disfrute camp como sucedía con Elektra, Daredevil, Gatúbela…o las versiones de telefilms de Spiderman, Iron Man, Capitán América y otros. No, aquí estamos ante la solemnidad pura y dura que podríamos demandarle a las versiones “serias” de Batman, pero sin el menor ápice de claridad narrativa de aquellas, más bien su inversión. En este punto, Madame Web le hace honor a su nombre con el chiste tonto de que se comporta como una telaraña. Si, pero una realizada por un arácnido embriagado hasta el tuétano. La película, como bien lo indica el título, es un intento por armar un sistema de personajes futuros, es decir, por iniciar una saga. El problema es que no tiene con qué: los personajes son sosos, la empatía es nula, el interés por lo narrado no existe. Y en el medio la confusión visual no aporta un solo grado de limpieza conceptual.
A esta altura no es gracioso preguntarse por la incapacidad manifiesta de Dakota Johnson para elegir papeles, pero ahora se suma al club la bella Sydney Sweeney, que también va quemando cartuchos (excepto casos como Con todos menos contigo). No solo es incomprensible la elección de este proyecto (monetariamente es un fracaso total, no aporta prestigio actoral ni popularidad sino más bien a la inversa), sino que tampoco se entiende qué es lo que le aportan actrices medianamente conocidas a un proyecto que pide, como todos los éxitos de Marvel, arrancar desde abajo con actores desconocidos para consolidar un recorrido junto al espectador a lo largo de los años. Por el contrario, hoy por hoy, apenas si podemos constatar una desesperación flagrante por sacarle algún rédito a la gallina de los huevos de oro, que desde hace rato viene entregando huevos podridos.
