Corazón loco

Por Mariano Bizzio

Corazón loco 
Argentina, 2020, 108′
Dirigida por Marcos Carnevale
Con Adrián Suar, Soledad Villamil, Gabriela Toscano, Alan Sabbagh, Darío Barassi, Magela Zanotta, Betiana Blum

Una paja

Por Mariano Bizzio

El mainstream argentino siempre fue un puñado de cinco o seis películas por año que lograban llenar salas. Con mayor o menor suerte, ese recorrido tendió a ir bajando la vara cada vez mas: en términos de calidad, en términos de exigencia de parte del público, pero también en términos de cantidad de espectadores: lo que hace cuatro décadas y pico era un exitazo llevaba al cine varios millones, lo que hace dos décadas era un exitazo llevaba al cine un millón y pico o dos, lo que hace una década era un éxito rutilante llevaba al cine unas 800mil personas…hoy -exceptuando la experiencia excepcional de Relatos Salvajes en 2014- si una película lleva mas de 500 mil espectadores se convierte en un batacazo.

Face Gabriela Toscano Cine Corazon Loco Netflix Scaled 1

Corazón Loco tenía todo para ser batacazo (una producción grande, actores conocidos, una premisa accesible, una torta de publicidad encima, etc), pero llegó la pandemia y la cuarentena y el estreno que iba a ser se postergó indefinidamente…y los inversores no quisieron/pudieron/supieron esperar mas. Y tal y como lo hizo buena parte del cine argentino, el estreno fue on-line, en plataformas via streaming. Claro está: una entrada de 30 mangos en Cinear.Play es una cosa…pero otra bien distinta es pretender recuperar algo de la inversión inicial. Por eso Netflix parecía ser el instrumento indicado para llevar la experiencia adelante. Al final de cuentas la plataforma de la N ha iniciado un proceso de degradación pronunciada que tiende a asimilar a las experiencias culturales empobrecidas de los países de consumo con los materiales que les ofrece. Por eso en ese contexto no es extraño encontrarse, en medio de la pauperización económica y sanitaria, con un moderado éxito como el de Corazón Loco. Sencillamente por un motivo: su horizonte no es el realismo, ni siquiera el costumbrismo Pol-Ka, que es una marca que el mismo Suar podría arrastra ahora como guionista. No: nada de lo que muestra la película es remotamente posible, por eso tampoco hay que tomársela demasiado en serio.

5Btmxqzhefha3Hm3E6Fmfomw3U

Corazón Loco es mala, en efecto. No es dificil darse cuenta de eso. Pero no lo es porque esté mal filmada (al final de cuentas todo el cine publicitario que realiza Marcos Carnevale no es otra cosa que una sucesión de planos para consumo inmediato), sino porque ahí donde pudo haber empezado, ahí donde los lugares comunes se volvían material tan exageradamente demodé -puede tomarse en serio esta premisa que parece una mezcla de las comedias de Darío Vittori con el Francella mas adocenado y televisivo de los 90s?- que convertían a todo el asunto en una parodia involuntaria del mismo Suar, la película elige despreciar olímpicamente a cualquier tentativa de humanidad al mismo tiempo que nos ruega que empaticemos con sus criaturas desafortunadas por vivir en un guion tan empobrecido. Si, lo sé: una oración larguísima e innecesaria como la misma película. Pero sigamos.

Toda la película está atravesada de problemas notables que no puede resolver. El verosímil es apenas uno de ellos (qué médico en Argentina puede tener esa doble vida delirante? pero supongamos que le creemos), pero el mayor, acaso, sea la impericia a la hora de definir un tono. Esto es una condición que caracteriza al cine de Carnevale, encargado de recorrer formas y estilos con una deliberada demagogia, en busca de un público cómplice con ese artificio que describe (el de una clase media alta estandarizada de profesionales o comerciantes que tienen las mismas casas, los mismos departamentos, los mismos autos, los mismos consumos culturales y el mismo tono porteño falsamente relajado).

103261 Suar 0 1

Pero en este caso el asunto es peor que habitualmente, porque Carnevale se manifiesta incapaz de elegir un tono definido e ir hacia él. Ni comedia de enredos, ni comedia de rematrimonio, ni película sobre venganza (en algún momento la película juega a coquetear con la agenda feminista, pero en el fondo exhibe una misoginia galopante y un machismo tontolón). Técnicamente no sabemos qué es ni qué juego juega Corazón Loco, porque todo su recorrido es impreciso, porque solo avanza a fuerza de casualidades forzadas por un guión que desconoce qué cosa quiere narrar. A tal punto que lo que la película presenta en su prólogo carece de peso en el epílogo.

El final de la película de Carnevale, no obstante, con toda la cobardía que exhibe, es también un final triste, un final poco festivo, pero al mismo tiempo un final melancólico que, en caso de haberse establecido como tono nos habría puesto en otro lugar frente a los hechos. Pero ni a Suar ni a Carnevale les interesa ese plan. Ese recorrido final, contrario a ser triste per sé, termina siendo autoindulgente, machista y fuera de contexto. Sin castigo (afortunadamente, ya que en caso de haber recibido el castigo potencial que se nos prometía la película hubiera caído en un pozo sin retorno), solo y rodeado de explicaciones autosatisfactorias, el cine de la factoría Suar multiplica el ejercicio onanista de su mandamás. Pero en este caso se trata de un onanismo sin conciencia de si. Al menos eso: una paja.

¿Te gustó lo que leíste? Ayudanos con un Cafecito.

Invitame un café en cafecito.app

Comparte este artículo

Otros ArtÍculos Recientes

Enterate de todo...

Recibí gratis todas las novedades en tu correo a través de nuestro Newsletter