No sería desacertado afirmar que Contra todos es una especie de cocoliche, una sumatoria de lugares comunes estéticos y narrativos vistos muchas veces en el nuevo milenio a los que lleva al extremo. Sin embargo, el film de Moritz Mohr (basado en un corto codirigido por él mismo junto a Arend Remmers) posee una voluntad de construir algo nuevo y propio a la vez, un universo tan explosivo como desparejo,...