MH370 El avión que desapareció

Por Mariano Bizzio

MH370: The Plane That Disappeared
Reino Unido, 2023, 3 episodios de 90′
Creada por Louise Malkinson

Un enigma sin centro

Entregada a las fauces del león de los algoritmos, algunas series se pierden debajo del radar. Mal negocio para una plataforma como Netflix, otrora habituada a mantener el absoluto liderazgo y prestigio en el naciente mundo de los contenidos por plataformas, hoy por hoy discurre su existencia entre películas carentes de interés, series que pierden espectadores a los pocos episodios (exceptuando aquellas que provienen de temporadas previas) y mucho contenido infantil capaz de competirle en ese terreno a Disney+ (habiendo abandonado cierto prestigio y demanda de contenidos para adultos a una plataforma como HBO Max).

No obstante, si en algún lugar Netflix todavía mantiene algo de poder de fuego es, curiosamente, en ese formato que no inventó pero que si cristalizó, llevando al paroxismo lo que hoy es un molde: las docuseries. Si bien la plataforma de la N prominente no hace milagros, cada tanto brinda materiales como para que nos detengamos a mirar con mayor atención (recomiendo que sigan la saga de notas-tiene varias en espera- que está escribiendo Pedro Gomes Reis en su diario sobre las series True Crime, que pueden leer por acá). Entre esos materiales podemos encontrar -debemos- a MH370: El avión que desapareció, una serie que, con algunas premisas de rigor que podrían pasarse por alto, entrega un material lo suficientemente oscuro como para que nos metamos en ella de lleno y nos cueste salir.

No, nada de lo que cuenta MH370: El avión que desapareció forma parte de eso que también hace Netflix en algunas otras docuseries, el show del morbo. Nada de eso abona las imágenes de esta serie que elige, bajo todo punto de vista, jugar con la discreción. Por eso el contrapeso de ese interés por el crimen es suplido, como en un policial de enigma, por la multiplicación de posibilidades en juego, de intereses detrás del centro del crimen: la desaparición de un avión de Malaysia Airlines sin dejar el menor rastro (o dejando tantos rastros en tantos niveles que termine resultando imposible definir una sola respuesta). En ese punto, lo que vuelve adictiva a MH370: El avión que desapareció es su capacidad de afirmar y negar las hipótesis planteadas, llevando el sistema de contradicciones hasta las últimas consecuencias disponibles: el vacío del crimen no resuelto.

Ahora bien, en su decisión de jugar al juego de la incertidumbre, que en muchos casos de la misma plataforma funciona muchísimo mejor (como en El motivo y The Devil Next Door) es en donde MH370: El avión que desapareció tiene algo de pereza acompañando al interés y al misterio. Y es que el recurso comienza a gastarse. Si bien funciona y no son tantos los exponentes que sepan utilizarlo bien (mucho mejor funciona para las series que para el cine), la sensación hacia el final no deja de tener algo de estafa, algo de engaño callejero con una pelota debajo de tres vasitos. En su insistencia en el margen abierto de posibilidades de resolución del misterio, es verdad, MH370: El avión que desapareció respeta la ética de la responsabilidad y no juega a la denuncia fácil. Al mismo tiempo, por su insistencia en el procedimiento, también sentimos algo de frivolidad. La renuncia a ser clásico a veces tiene consecuencias que son un boomerang.

¿Te gustó lo que leíste? Ayudanos con un Cafecito.

Invitame un café en cafecito.app

Comparte este artículo

Otros ArtÍculos Recientes

Enterate de todo...

Recibí gratis todas las novedades en tu correo a través de nuestro Newsletter