Cuando terminamos de ver La carga de la prueba (el título en inglés no puede ser más acertado, incluso con mayor peso semántico que en español: por un lado refiriendo a la terminología jurídica, pero por otro refiriendo al carácter de maldición, traducción que la palabra “carga” no termina de reflejar respecto del original “burden”) no somos los mismos que cuando comenzamos. Básicamente porque cuando llegamos creemos que nos vamos...