Cry Macho (I)
Hay como un aire de familia en el cine de Eastwood, un universo inmediatamente reconocible, una sensación similar a la que se genera cuando al ingresar en un lugar aparecen sonidos, imágenes y aromas que se perciben como propios. Como la de todo buen artista, su obra aúna temas constantes y una mirada. Pero hay otro elemento menos glamoroso pero más noble que lo distingue: su obra es también la de quien conoce todos los secretos de su oficio, la de aquel al que el trabajo continuo le brindó una consistencia que se fue cimentando por acumulación.