The Edge Of Seventeen
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The edge of seventeen

Muchas de las cosas que aparecen en The Edge of Seventeen (TEO17 a partir de ahora) ya las vimos antes, es cierto. Hailee Steinfeld es Nadine, una adolescente hermosa pero conflictuada, solitaria y con una sola amiga (tipo Emma Stone Easy A, pero acá por decisión propia). Un profesor tan amistoso y razonable y canchero que jamás existiría en el mundo real (Woody Harrelson, en un papel pequeño pero excelente como siempre). La mejor amiga, el interés romántico ignorado, un pibe más grande y muy fachero que la protagonista se quiere garchar y que resulta ser un sorete después.

Anna Karenina
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Anna Karenina

Releyendo la cobertura más o menos afortunada que sufrió el último melodrama –del último gran director moderno del género, Joe Wright- me doy cuenta –con humildad, ojo- que buena parte de mis colegas o no entendieron la propuesta simple pero renovadora o se perdieron en el medio de la fiesta visual. Y en ese vacío creo que dejaron de pensar por qué el exceso era la única manera de filmar Anna Karenina sin caer en los lugares comunes de las adaptaciones previas.

#Anti-Diálogos: Yo, Daniel Blake
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#Anti-Diálogos: Yo, Daniel Blake

FK: Qué película vende humo y canalla que es esta. Tribunera, demagoga, pero al menos con un rasgo redimible: tiene un humor kafkiano que cuando le sale (no más de 5′) se disfruta

CM: Cuándo le sale? El tiene cara de que se está medio cagando de risa todo el tiempo a pesar de todo lo que le pasa. Pero no me acuerdo las escenas de humor. Ah, si!: cuando lo dejan en espera 45 min un contestador de un organismo publico.Ahí hay humor por identificación. A todos nos pasó alguna vez eso, o lo del CV cuando lo quiere cargar y le tira error.A mí no me disgustó tanto cuando la vi, con los días me fue pareciendo no tan buena, especialmente por el final.

#Postbafici – (15): Porto
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#PostBafici – (15): Porto

Porto no es otra cosa, ni más ni menos que un melodrama pequeño, hecho y derecho. Un melodrama afrancesado en el que resuenan los ecos de influencias como las del cine francés de la post-nouvelle vague, particularmente el cine de Jean Eustache pero también el de Phillipe Garrel. Ese cine, el cine francés de los setentas, ponía el cuerpo como una manera de exorcizar la incapacidad de hablar con verdad, porque a veces la boca dice cosas que el cuerpo no siente. Bueno, en alguna medida, sobre esa disociación (y sobre el trauma de darse de lleno contra una pared a 300km de amor por hora) habla la película de Klinger.

#Postbafici 2017 (14): El Pampero
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#PostBafici 2017 (14): El Pampero

Raro. Lo que sucede con El Pampero al menos lo es. Por un lado, empieza siendo un drama lacónico sobre un enfermo posiblemente terminal (Julio Chávez) que decide zarpar con su pequeño barco y alejarse de un hijo con el que no quiere comunicarse. Pero por otro, de pronto, mientras navega, este hombre se encuentra con que en su bote hay una chica ensangrentada (Pilar Gamboa) que viene de presenciar un crimen.

#Delacama-Al-Living: Un Don Excepcional
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#DeLaCama-Al-Living: Un don excepcional

Algunos de nuestros redactores se toman las películas a la ligera. Básicamente porque algunas películas nos toman de idiotas a nosotros. En ese sentido, las críticas de la sección #YendoDeLaCamaAlLiving son algo así como críticas ligeras y en chancletas, como quien se pone a la altura de las circunstancias y contando el asunto lo critica al mismo tiempo.  Tarea ciclópea. Y obviamente no podía inaugurar la sección otra persona que no fuera Cecilia Martinez, especialista en tomarse a la chacota las películas que se nos ríen en la jeta.
Como dijera Borges, esta crítica debe escucharse (con la voz de Bilardo y de El Bambino Veira) antes que leerse. Están avisados. No nos hacemos responsables de los daños colaterales.

Dark Star (John Carpenter, 1974)
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Dark Star (John Carpenter, 1974)

La cuarta proyección del mes de nuestra sección nos deja todavía bien bien metidos en la década del 70. Pero en esta ocasión con un cultor de la clase B más rabiosa (que en este caso se debe centralmente a limitaciones presupuestarias). Dark Star (editada en algunos países hispanohablantes con el increíble nombre Alien Cosmic (sic)), opera prima de John Carpenter tiene todo lo que los wachos (si, las/los cinéfilos) queremos: amor por la narración, por lo personajes, una historia breve y compacta, una duración adecuada y hasta un monstruito encantador que podría haber nacido en cualquier playa de la costa argentina, pero nació en alguna galaxia lejana. Entren, activen los subtítulos y vean esta maravilla, que, además, tiene uno de los finales más melancólicos y emocionantes que vayan a ver en sus vidas. Play.

#Postbafici – (13): Estiu 1993
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#PostBafici – (13): Estiu 1993

Con menor nivel de misantropía, con una carga de violencia contenida similar, pero con una infrecuente ternura que construye un tono incómodo pero melancólico es que Carla Simón concibe ese milagro secreto que es Estiu 1993. En la ópera prima de esta directora también están esos niveles de incomodidad que mencionábamos en la película de Martel, pero a la vez hay un modo distinto, una tersura que permite abordar la superficie rugosa de lo que cuenta, que no es ni mas ni menos que el duelo que debe hacer una niña de seis años quien tras perder a sus padres debe adaptarse a la vida con sus tíos y a una serie de destratos microscópicos que construyen un acabado sistema de frustraciones, cuyo último eslabón es la violencia que busca un punto de salida.

Titanes Del Pacifico
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Titanes del pacifico

El mainstream tiene esas cositas: genera adeptos. Lo mismo sucede con el cine-artie, que también responde a lo mainstream, pero con marca distinta. La divisoria de aguas inútil se la debemos a un puñado de genios que convencieron a medio mundo que eso de la autoría es destacable por encima del sistema. Paparruchadas: caguémonos en la autoría. Un rato. Un par de horas. Un par de siglos, también. Y nos liberaremos del peso angustioso de la vanguardia de la retaguardia.

Hazme Reír
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Hazme Reír

En Melinda y Melinda, Woody Allen partía de una idea interesante: contar una misma historia dos veces. La primera en clave de drama y la segunda en clave de comedia. La idea era buena en tanto y en cuanto podía preguntarse sobre como se puede, mediante una visión diferente de las cosas, hacer aquello dramático cómico y viceversa. El resultado, sin embargo, fue un desastre.

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#PostBafici 2017 – (12): Los hedonistas

A simple vista The hedonists podría verse como un divertimento menor en la carrera del director, por su brevedad y porque por primera vez utiliza la comedia como medio para instalarse en ese mundo que conoce a la perfección, un mundo que se encuentra ingresando aceleradamente en la modernidad aunque no parece saber muy bien cómo manejar sus consecuencias.

Sangre Sabia (John Huston, 1979)
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Sangre sabia (John Huston, 1979)

La carrera de John Huston es una de esas cosas que no dejan de sorprender. Un director vital como pocos, que siempre supo desmarcarse de lo obvio tanto en el marco del Hollywood clásico (desde la fallida El halcón maltés (1941) a la notable La reina africana (1951)) como en el de la transición y el cambio (de Moulin Rouge (1952) a Los inadaptados (1960)) pero que quizás encontró el tono más adecuado en sus películas de perdedores natos de sus últimos tres lustros de carrera (con algunas disrrupciones por encargo en el medio como Freud, La Biblia, Casino Royale, algunos thrillers de espías y la poco feliz Annie). En el feliz final de su carrera se dedicó a concebir obras maestras pequeñas y queribles, como si se hubiera olvidado de su pasado, acaso replanteándose su propia concepción del mundo cinematográfico

Ming Of Harlem
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Ming of Harlem

Convengamos que tener un tigre de Bengala en el piso 21 de un departamento en Harlem no es cosa de todos los días. Menos aún si el departamento en cuestión es, por así decirlo, promedio: espacioso, con varios cuartos, luminoso pero sin lujos de ningún tipo, ni un estanque artificial ni una jungla de hojas de plástico que intenten reemplazar aunque más no sea malamente algún paraíso tropical. Aún más bizarro es obligar al tigre a compartir el departamento con un cocodrilo, aunque para ser precisos, y en función de una convivencia que se pretende civilizada (pedirle justamente civilización a ellos no parece tener demasiada lógica, pero está claro desde el vamos que nada de todo esto lo tiene), cada uno tendrá su cuarto propio

Fin del Contenido

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