Balance Perro Blanco 2017 – Parte II: suplentes, subvaloradas, sobrevaloradas y peores del año

Por Federico Karstulovich

Estimados lectores:

Decidimos hacer este balance en varias partes. Segunda de ellas se concentra en un breve resumen película por película de un grupo arbitrario que elegimos dentro de los estrenos comerciales en Argentina de 2017. Podrán encontrar algo parecido a un banco de suplentes complementario a los diez estrenos del año. Sumado a eso un grupo de cinco películas “tapadas” que consideramos que no deberían perderse por nada. Pero también cinco películas sobrevaloradas (casualmente varias de ellas entre las primeras cincuenta: somos así de contradictorios). Por último, los tres peores estrenos comerciales del año. Tal como en la primer salida, por cada breve pastillita podrán ver que hay un link directo a una nota original y de mayor extensión (siempre que hayamos hecho la cobertura en Perro Blanco, sino encontraran el material que está aquí pero sin ningún link externo de referencia).
En la siguiente salida finalizamos con las últimas dos categorías: no estrenos y series de televisión. Y dejamos para el final las listas de cada redactor y las elegidas por los lectores que nos escribieron a [email protected].

Esperamos que lo disfruten.


Cinco (5) películas fuera del top 10 pero que merezcan menciones de honor (banco de suplentes)

Una Semana Y Un Día

1.Una semana y un dia
Una semana y un día es única. Y quizás se deba en cuanto decide adentrarse en eso que siempre está elidido, fuera de campo. ¿Qué hacemos frente a la muerte de un ser querido? ¿Qué pasa cuando las lágrimas se agotan, cuando el dolor sigue siendo igual (o más) fuerte pero somos conscientes de que debemos seguir viviendo? El cine y el recato que impone el duelo abundan en llantos y exteriorizaciones de la tristeza que conforman parte de la esencia del melodrama (males de amores y decesos deben marchar a la cabeza del ranking, si intentamos una apurada estadística mental). Sin embargo, ya lo sabíamos, el cine es bigger tha life y eso lo ha llevado a eludir el retrato de estos momentos de intimidad o de aparente deriva en los que la película israelí se centra. Llama la atención que una opera prima tenga la osadía y la madurez necesarias como para acercarse a lo que se nos dice (seguramente con razón) que es el mayor dolor imaginable (el fallecimiento de un chico de 25 años para sus padres) desde el atalaya de la observación detallada y realista, que no elude el componente de humor que la situación puede conllevar. La sensación de estar flotando, fuera de sí, como si uno se mirara desde afuera del propio cuerpo, es algo que Polonsky transmite tanto desde la puesta en escena (el uso de la profundidad de campo para sostener los contrastes del duelo así como la función simbólico-geométrica del espacio de la casa de los padres del fallecido), como con el tono de las actuaciones (oscilantes entre la angustia, el sinsentido pero también el humor, evitando así los lugares comunes de la representación de un duelo) son la clave para responder algunas de las preguntas pero no con certezas sino con sensibilidad. FJL

 

2. El futuro que viene
En la ópera prima de Constanza Novick la música, los mundos privados y la preservación son cosas que van de la mano. De hecho es una película con un grado de intimidad y de humanismo que casi no precisa de nada más excepto de sus personajes, de la música, de algunos autos y de algunas casas. Con eso construye. Con lo justo y necesario. Casi sin mover la cámara. Casi sin apartarse del realismo más estricto y baziniano de los planos largos y sin cortes. Porque El futuro que viene se trata de gente que hace lo que puede con sus vidas, de gente que no es extraordinaria, por eso su tono es un tono medio, porque es acorde a los personajes que presenta. Esa presunta falta de recursos audiovisuales (no todas las películas tienen que ser “un viaje onírico y multisensorial hacia el centro mismo del alma humana”) no es un acto de pereza narrativa, sino que es una decisión consecuente con el mundo narrado (de hecho los pocos momentos en donde la cámara decide moverse de manera abiertamente visible son momentos musicales, en donde hay una explosión de esos mundos interiores de los personajes hacia un exterior que los recibe). FK

3. Las calles
El encanto de Las callesproviene de su (aparente) simplicidad. No porque la historia que se narra sea mínima (que lo es) ni porque los personajes y sus acciones se parezcan a las personas que podríamos cruzar cualquier día en Puerto Pirámides. Tampoco se trata de que los hechos que se cuentan en la película hayan ocurrido (con mayores o menores variaciones y simplificaciones) en la vida real de quienes sí viven en esa localidad. La simplicidad de Las callestiene que ver con una transparencia, por supuesto muy trabajada (como siempre pasa en el cine), que se relaciona con la forma. Hay algo de lo documental inmiscuido en la ficción que le da oxígeno a la película  y la aleja de un cierto aire de “cine independiente” (los adolescentes, los planos “a lo” Dardenne de personajes que se desplazan de un lugar al otro, el minimalismo argumental como excusa para intentar pescar con redes de mariposa algo de ese inefable “je ne sais quoi” que sería la esencia del cine moderno). No es un juego, sino una realidad de registro: un primer plano frontal mirando a cámara, un poema de amor al terruño recitado con emoción auténtica, unos cuantos planos generales que nos permiten ver y entender un pueblo que iremos descubriendo. MR

4. Barry Seal: Solo en América
American Made no es una gran película, no termina nunca de elevarse por encima de su intención de ser ‘una peli onda las de Scorsese’. Están todos los elementos típicos: una biopic cargada de cocaína que abarca una historia épica a lo largo de varios años, enmarcada por una narración en off que cuenta una historia de ascenso y caída, y un soundtrack rockero que acompaña un montaje frenético, de pulso nervioso. Doug Liman apunta al Scorsese Lite, pero allí donde otras imitaciones se caen por su propio peso y ambición copiona (como la desastrosa American Hustle. 2013), Liman sale a flote por mantener siempre un tono liviano, por poner al frente la actitud canchera de Tom Cruise pero sin subrayarla demasiado. Lamentablemente, este aire ligero que tiene la película hace que tampoco haya espacio para el peso dramático o la tensión. Hay una muerte que no impacta demasiado, la posibilidad de crear escenas violentas o atemorizantes con las figuras del cartel de Medellín está desaprovechada, el comentario sobre el fracaso del sueño americano y las políticas exteriores de Reagan es superficial, y los personajes secundarios no llegan a destacarse, salvo Domhnall Gleeson como un agente de la CIA escurridizo. En definitiva: no es la mejor película de Liman ni la mejor de Tom Cruise, pero sugiere una dirección posible para un actor que tal vez puede ir comprendiendo de a poco que tiene mucho más para hacer que saltar sin mirar. IB

 

5. Un monstruo viene a verme
Un monstruo viene a vermese encuentra con un problema central: ¿cómo se filma el fin de la infancia, el dolor de las pérdidas, la necesidad de la catarsis sin la inevitable angustia de las influencias? Y la respuesta debería darla el mismo Harold Bloom: conservando lo esencial y olvidando el resto. Lo esencial tiene dos patas: la catarsis como núcleo de este cine, por un lado, y la confianza en el lenguaje clásico como instrumento de formalización de metáforas que dialoguen con esa catarsis. Bueno, frente a ese inconveniente con el cual debía lidiar Bayona, la solución fue el camino de tres vías, en donde catársis, metáfora y reflexividad (a veces un poco redundante, poco antes del final, para ser precisos) lograran convivir armónicamente. Por eso la sensibilidad spielberguiana queda fuera de juego frente a Un monstruo viene a verme, precisamente porque es una película que no niega el paso del tiempo ni las influencias ni la imposibilidad de realizar una operación nostálgica sin algo de riesgo en el medio. Se trata de una película sobre las pérdidas irremediables y sobre el mundo que intentamos armar alrededor de ellas para que nos hagan menos pelota. Es una película que, como Spielberg y Miyazaki, abraza el dolor, lo vuelve carne, lo piensa y lo devuelve, no para que pensemos que todo tiempo pasado fue mejor, sino para que, incluyendo raptos de autoconciencia, entendamos que también deberemos empezar a pensar qué hicimos con esa sensibilidad tan Siglo XX, para que de repente hasta delante de terceros haya que pedir permiso para llorar, no vaya a ser que nos tomen por bobos fácilmente extorsionables. FK


Cinco (5) películas tapadas o subvaloradas de los estrenos comerciales del año en Argentina

 

Wonder Movie Cafeteria 1

1. Extraordinario
Hay algo de renoiriano en Extraordinario: en su gusto por las historias múltiples, en su discreta luminosidad, en su narrativa que va gradualmente de una clásica a una más moderna y en la manera en la que intenta entender las razones de todos sus personajes. Sin embargo, esta conexión con Renoir es apenas discreta. El que acapara toda influencia acá es más bien Frank Capra, con su amor por la épica de las personas comunes, pero también por esa visión tan extraña y ambigua que ha tenido siempre Capra a la hora de plantear sus historias con final feliz. Se sabe después de todo que en películas como ¡Qué Bello es vivir! o como Caballero sin espada el juego del director era el de presentarnos un mundo absolutamente oscuro pero con momentos de bondad tan épicos que terminaban triunfando por sobre una realidad durísima. En Extraordinario sucede lo mismo, cómo si en la película la necesidad de celebrar la bondad y la tolerancia fuera demasiado tentadora como para llevar el relato por caminos más realistas. Lo que sucede, en suma, es que tanto Extraordinario como el cine de Capra están demasiado enamorados de la posibilidad de la felicidad a partir de relacionarnos con personas que nos hacen bien y la bondad entre personas como para querer ceder demasiado a una realidad más cruda. HS

2. Día del atentado
El cine de Peter Berg es de esos que vale la pena descubrir (o redescubrir) porque tiene una energía y vitalidad que no abunda en el mainstream americano promedio. No obstante el tipo también se puede poner oldfashioned y concentrarse en historias directas y al hueso, a puro nervio y musculatura, con personajes de raíz fordiana, que son lo que hacen y hacen lo que son. En esa misma dirección es que funciona la efectividad de Día del atentado (nombre horrible para su estreno latinoamericano del más adecuado Patriots day). Berg sabe que lo que importa es hacer las cosas y mostrar ese trabajo. De hecho es uno de los pocos directores actuales que comprende que mostrar el trabajo como ejercicio, como práctica es uno de los instrumentos de mayor potencia política que el cine puede tener, sin necesidad alguna de bajar ninguna clase de línea. En este caso, para más polémica, el centro está puesto en el trabajo policial, por lo que la película supo comerse algún que otro mote de conservadora, patriotera e institucionalista. Lo que no entendieron sus detractores es que el cine de Berg es potente porque es uno de los últimos exponentes del mundo de los trabajadores, de su materialidad, del peso del trabajo y de la angustia silenciosa que conlleva. Sea el trabajo que sea. FK

3. Niñato
Las ficciones sobre familias excéntricas (“disfuncionales”), uno de esos demagógicos mecanismos de relojería tan al gusto de Sundance y festivales de ese tipo, que acaparan menciones, taquillas, y premios gracias a su habilidad para tranquilizar buenas conciencias podrían confundirse, pero nada tienen que ver con el mundo que nos cuenta Niñato. La película no solo esquiva todos esos lugares comunes como en evitar mostrar de manera falsa el aprendizaje de una paternidad (con su recorrido ascendente, su epifanía y su inevitable moraleja), sino que elege en cambio dar cuenta de, apenas tan poco y tanto, fragmentos de vida, de una serie de problemas que se deben resolver sobre la marcha, encarnados en dilemas tan básicos como lograr que los niños se levanten por la mañana para ir a la escuela o que dejen la consola de juegos para hacer sus tareas. Instalada con comodidad en la cotidianeidad de la familia, pegándose cámara en mano a la intimidad de los cuerpos, la película rechaza cualquier sentimentalismo y lo hace evitando tanto las explicaciones sobre la ausencia de la madre como la tentación de focalizarse en el imán que siempre representa la frescura de los niños frente a cámara, haciendo en su lugar que David nunca deje de ser el centro, siguiéndolo en sus dilemas, ninguno mayor que el de aprender a ser padre cuando parece aún no haber terminado de aprender a ser hijo. SR

4. Lego Batman : La película

The Lego Batman Moviees una película consciente del legado de Batman. No sólo para el espectador, sino en el propio universo de la película: el Batman de Will Arnett ES cada uno de los batman anteriores que hemos visto, como si fuera un hombre que constantemente vive una crisis de identidad. Para los completistas/obsesivos de la cultura pop, TLBM es realmente una fiesta. Al ser una secuela, la novedad de los efectos se pierde, pero el desenfreno visual de la anterior combinado con la estética del mundo de Batman es algo que definitivamente vale la pena ver en una pantalla lo más grande posible. No necesitamos que Batman sea un fascista sociópata, no necesitamos tampoco que Batman sea un bufón que al pegar piñas emita un KAPOW!. Por lo menos, no necesitamos ninguna de esas cosas exclusivamente, y la película de Batman Lego se hace cargo de que todos estos aspectos forman parte de la historia del personaje, de su identidad, de su relación con el público y la cultura que lo rodea. If anything, logramos tener una peli de Batman en la que no mueren los padres de Bruce Wayne en escena. Eso siempre es digno de celebrar. IB

5. xXx Reactivado
La tercer película de las xXx es menos la tercer parte de una saga antes que un reboot. Ya la película de 2002, dirigida por Rob Cohen, contaba con miles de problemas (aunque a su favor debamos decir que tenía a Asia Argento). Había intentado ser una suerte de spin off desvergonzado del personaje de Dominic Toretto de la entonces Rápido y Furioso (2000). La tercera entrega (o segundo reboot) llega entonces 15 años después. Vaya uno a saber por qué. O en realidad uno si lo puede imaginar: en el medio de la primer xXx y esta de 2017 pasó toda la saga de las Rápido y Furioso. Y Diesel pasó de ser la promesa del cine de acción de los primeros dos miles a la estrella consolidada y líder de una saga con ocho entregas totales (saga que a su vez lo fue haciendo de a poco a un lado al introducir a The Rock, que se come cada película en la que participa). Entonces la película de Caruso es una vinsplotation o una FFsplotation? Ni una cosa ni la otra. Quizás solo tome algunos elementos que le sean convenientes para introducirlos en el submundo mega berretón del director. En definitiva, este cine también es arte cinético, pasa, se mueve, actúa para nuestros ojitos y construye un código (el berretismo), tan respetable como querible, tan amable como justo para con sus espectadores (a los que no engaña, como muchos casos de cine mainstream consolidado). Caruso, el DJ, no hace otra cosa que montar esas partes, esos retazos de cultura grasulienta e imposible. Para que bailemos. Y para que alguna vez disfrutemos, con alegría, de los funerales de un cine que con el tiempo quizás ya no vuelva a existir: el viejo y querido cine de acción. FK


Cinco (5) películas sobrevaloradas o demasiado festejadas de los estrenos comerciales del año en Argentina
(oh si: todas están mencionadas en la lista de las 50 del año, así que pueden buscarlas en la primer parte de este balance)

90194 20170928094926

Zama
Paterson
Dunkerque
Personal Shopper
Blade Runner 2049

 

Peores tres (3) estrenos comerciales del año en Argentina

Dave Johns In I Daniel Blake Sixteen Films

1. Yo, Daniel Blake
Loach hace su summa abyectae y concibe una película radicalmente vieja, anticuada, canalla con sus propios personajes, sádica, en la que la sumisión al sufrimiento tiene forma de redención laica. En el medio de esta masacre intenta que empaticemos con un protagonista que sufre la incapacidad empática de un estado omnipresente. Y de paso nos dice que la prostitución es mala, que el trabajo es bueno y dignifica y unas cuantas barbaridades más. No, la clase obrera no va al paraíso, porque el paraiso no existe. Pero los hijos de puta con pretensiones y corrección política demodé si. FK

2.¡Madre!
Podríamos decir, inclusive, que ¡Madre!es la radicalización del barroquismo que el director ha venido explotando desde hace ya dos décadas. Y, formalmente, también un compendio de sus recursos: los laberintos mentales del thriller psicológico en El cisne negro”(2010); la edición rápida (incluso con los planos detalle de ingesta de medicamentos) en Réquiem para un sueño (2000); la obsesión bíblica de Noé (2014) y las conspiraciones religiosas de Pi: fé en el caos (1998). Con el paso de los minutos ¡Madre! se convierte en una comedia no intencionada que se aleja de Haneke y Polanski y se acerca a algo impronunciable. Aún más imperdonable lo que Aronofsky comienza a hacer en la segunda mitad de la película: un hijo de la pareja de extraños asesina a su hermano -todo transcurre absurdamente ahí mismo en la casa- y la referencia a Caín y Abel desata la alarma. ¿Harris y la Pfeiffer son, entonces…Adán y Eva? ¿Bardem, con su egoísmo y el culto a su personalidad…sería Dios? El salto del thriller a la parábola bíblica es sin red. Pero es el principio. Lo que viene es la intrusión de nuevos invasores que convierten la mansión en un templo caótico (todos fieles del poeta), incluyendo la prensa, el ejército y todo lo que imagina un realizador que está obligado a gastar un presupuesto de 33 millones de dólares. AN

3. El candidato
El problema central de El candidatoes que resulta dificil verla como cine político, aunque se la haya querido presentar de esa manera. O en todo caso, el problema que presenta es que no hay política en su desarrollo. No solo porque la situación que plantea resulta de una superficialidad elemental alarmante, constituyendo asi una suma de lugares comunes sobre una forma contemporánea de la política latinoamericana (desde Fujimori para acá, tal vez antes, que venimos escuchando en Latinoamérica el canto de sirenas o las pestes, según el caso, acerca de la irrupción de outsidersen la política, vengan del campo que vengan) sino sencillamente porque de esa manera tiene el objetable mérito de disponer de todos sus elementos de tal forma que puede ser capaz de confirmar todas los prejuicios y presunciones previas de aquel que se acerque a verla, sean del signo que sean, es decir, el anti-cine político: en cine que confirma certezas en vez de abrir dudas. SR

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