Jeepers Creepers: La reencarnación del demonio
La saga de Jeepers Creepers se vuelve acusable conforme pasan las entregas y los años. A la película anterior Jeepers Creepers: El regreso (2017), tercera entrega de la saga, por ejemplo, se la podía acusar de un millar de cosas: malas decisiones de puesta en escena, arbitraria en sus elecciones formales, ridícula y kitsch en su desesperación por consolidar (a la fuerza, sin ideas, ciertamente) la mitología de su villano. A ver: todos y cada uno de estos errores eran lógicos teniendo en cuenta que el pasado oscuro de su director Victor Salva -pasado que volvió a salir a luz en pleno movimiento #MeToo- generó que la película tuviera problemas de financiación, un estreno muy limitado por no decir inexistente y así.