The Idol redunda en tropos y temas, que acaban por reforzar todo lo que critican. En tal sentido, la serie viene arrastrando un escándalo, desde su fase de producción, cuando despide a su primera directora, pues deseaba proyectar un enfoque más femenino. A Weeknd no le gusta el perfil que va tomando el asunto, y al final se decide cambiar a la realizadora, volver a filmar escenas e imponer una mirada de masculinidad tóxica, que se regocija en la cosificación, el sexismo y una porno tortura seudochic, más propia de una revisión artie de 50 sombras de Grey, que de una pretenciosa serie de HBO.