PERRO BLANCO | NÚMERO 43 | OCTUBRE / 20

Por Federico Karstulovich

UN NUEVO CÓDIGO, UN NUEVO ORDEN


Apenas hace un par de números sosteníamos lo siguiente en el editorial del mes: “la corrección política que ya hace buen rato dejó de ser corrección y resistencia para comportarse como una multiplicidad de poderes restrictivos e inorgánicos que han triunfado (…)Este nuevo poder censor neo-puritano reescribe el pasado, controla el presente y condiciona al futuro. Hoy es la presunción de racismo, mañana será la presunción de homofobia, pasado la de transfobia, la semana siguiente la de gordofobia, la otra la fobia a las enfermedades mentales, pasado el alcohol, el año siguiente el sexo (cada vez se habla mas de él, cada vez se lo ve menos, cada vez coge menos), el tabaco, la carne, pero seguramente también la maldad representada y moralizada en los villanos cinematográficos. Ingresamos en una pendiente de restricciones en donde se confunde la presencia y la representación de un tópico con la celebración del mismo. Ingresamos en un terreno de censura previa, durante y a posteriori. Ingresamos en una etapa en donde la demagogia de la construcción de ghettos de consumo («te presentamos la serie mas inclusiva», «la película mas feminista», «el podcast mas anti-racista que vayas a escuchar» and so on, como diría Zizek, el Caruso Lombardi del mundo de las ideas contemporáneas) habrá de regular primero qué podemos ver, luego que poder consumir, luego nuestra privacidad, luego nuestras prácticas y modos de pensar. Nuevamente: hegemonía inorgánica. O liso y llano ur-fascismo en palabras de Umberto Eco.” Poco tiempo después llegó la confirmación: las premiaciones en festivales unificando clasificaciones binarias por sexo biológico (que por otra parte parecen adelantar que cualquier cosa que sea medianamente cercana a un hombre, blanco, caucásico, heterosexual y otros varios estará condenado al ostracismo en las premiaciones: si vamos a decir algo digámoslo todo). Y unos pocos días después la reconfirmación: los premios Oscar premiaran según criterios de valoración moral previa, en una suerte de neo-codigo Hays de la corrección política (aquí pueden ver la noticia en este link) y a partir de 2024 recomendarán cumplimentación de esas recomendaciones para poder participar de las premiaciones. Si, estimados lectores, es un Código de censura previa invertido: un código de inclusión previa de los rasgos de la corrección política.

Si, estimados lectores: los mercados de la demagogia están locos y no saben qué hacer con las nuevas generaciones de espectadores (que también son consumidores). En alguna medida algo de esto retumbaba en mi cabeza cuando leí un tuit de Rodrigo Moreno, que dice lo siguiente: “El siglo XX se va. Se van nuestros padres, nuestros ídolos, nuestros hábitos, nuestros gustos, nuestras creencias. Lo que siempre vimos a nuestro alrededor empieza a formar parte de un mundo antiguo e impalpable“. Luego de esa lectura me di cuenta que no era un problema de vejez, de ser acusados de reaccionarios a quienes combatimos inútilmente la batalla contra la corrección política (ya que se nos tilda de intolerantes, de conservadores, de incomprendidos con un nuevo tiempo para el mundo). Es un problema de cierre de compuertas. La corrección política que sobreviene como reacción de una presunta demanda de mercados “inclusivos” nos está haciendo mas pequeños a todos (por lo tanto nos expone a una experiencia cinematográfica mas bien pueril), mas pobres, menos plurales, mas parecidos. Vuelvo a citar “el post-humanismo del control inorgánico (no necesitamos ni de Huxley ni de Orwell para ver rasgos autoritarios y verticalistas) nos avisa sobre la renuncia al entendimiento entre adultos. Pero también construye un mundo de miedos imposibles de afrontar. Este presente de controles y borramientos aplicados sobre el pasado inquietante (desaparecer de las plataformas a clásicos del cine, borrar de la faz de la tierra a la obra de artistas cuyas vidas personales supusieron problemas pero cuya obra es notable y necesaria, condicionar los modos de representación futuros) no solo es una pesadilla indetenible, sino que también está amaparada por aquel progresismo que en alguna ocasión no asumía un discurso de poder sino una resistencia ante cualquier tentativa de homogeneización. Hoy por hoy el esquema se ha invertido y estamos ante un paradigma que puede cambiarnos la vida a todos. De repente ya no se trata de una serie de diferencias menores, sino de la instalación de una serie de modalidades de discurso que no incluyen ni enriquecen la experiencia, sino que nos exponen a una suerte de elitismo populista (si, una suerte de oxímoron que no es tal: es un elitismo, decidido por unos pocos, como toda decisión de grupo de elite, pero que invoca una discursividad popular y compartida).

John Waters

Termino con la última cita: “En este contexto de cosas se hace cada vez mas necesario levantar las voces de disidencia (la disidencia al poder no es un estatismo, sino una dinámica de acción política: si me amoldo al nuevo poder no hay disidencia por mas que la ideología sea aquella con la que simpatizo). Sin disidencia a las formas inorgánicas del poder del pensamiento único no hay pensamiento crítico. Y sin pensamiento crítico, cagamos. En ese orden de cosas es que seguimos preocupados, con la cabeza levantada mirando a futuro, pero también con la preocupación puesta sobre el borroneo del pasado. Porque si se consuma esa práctica nos vamos a quedar congelados en un presente despolitizado, pero peor aún, sin un futuro visible. Y al futuro hay que pensarlo, siempre“. Bueno, en este contexto de códigos Hays reactualizados, totalitarios y progresistas a la vez, demandamos la necesidad de pensar en la pesadilla de la corrección política como veneno y a la incorrección política como antídoto. Por eso en este mes les vamos a proponer un ingreso al problema desde múltiples entradas. Y por eso le dedicaremos un dossier excelente contra la corrección política que nos está agobiando como espectadores pero también como ciudadanos libres, como humanos pensantes y con una sensibilidad crítica ante el pensamiento único. Por eso nuestro santo de la incorrección es el que ilustra la foto de este editorial: San John Waters.

Por lo pronto, les dejamos por aquí algunas ideas de este número de octubre, que va a ser un número espectacular

ESTRENOS ONLINE
Los que vuelven por Amilcar Boetto
Que vivas 100 años! por Luciano Salgado
Marea y viento por Federico Karstulovich
El mundo entero por Marcos Rodriguez
Tengo miedo, torero por Ludmila Ferreri
Tomando estado por Mariano Bizzio
Planta permanente por Gabriel Santiago Suede

NO ESTRENOS – STREAMING/VOD
Tenet por Pedro Gomes Reis
Antebellum por Mariano Bizzio
El Halloween de Hubie por Rodrigo Martin Seijas
Alone por Andres Brandariz
Undine por Marcos Rodriguez
Vilas: Serás lo que debas ser o no serás nada por Gabriel Santiago Suede
Hillbilly, una elegía rural por Ludmila Ferreri

TV & SERIES
Normal people por Tomas Carretto
The Boys – Segunda temporada (parte II) por Ignacio Balbuena & Federico Karstulovich
Ratched por Gabriel Santiago Suede
Súbete a mi moto por Luciano Salgado

OTROS ESPACIOS
Crítica, propaganda, poder: sobre una cierta tendencia en el cine político argentino (VI) por Federico Karstulovich
Algunas ideas acerca del cine de Pascale Bodet por David Obarrio

VOLVER AL FUTURO
El arbol negro por Carla Leonardi

DOSSIER
Contra la corrección política
Dossier #ContraLaCorrecciónPolítica: una introducción de mierda por Luciano Salgado
Dossier #ContraLaCorrecciónPolítica (I) por Carla Leonardi
Dossier #ContraLaCorrecciónPolítica (II) por Amilcar Boetto
Dossier #ContraLaCorrecciónPolítica (III) por Gabriel Santiago Suede
Dossier #ContraLaCorrecciónPolítica (IV) por Sergio Monsalve
Dossier #ContraLaCorrecciónPolítica (V) por Rodrigo Martin Seijas
Dossier #ContraLaCorrecciónPolítica (VI) por Ludmila Ferreri
Dossier #ContraLaCorrecciónPolítica (VII) por Guido Segal
Dossier #ContraLaCorrecciónPolítica (VIII) por Federico Karstulovich
Dossier #ContraLaCorrecciónPolítica (IX) por Fernando Luis Pujato
Dossier #ContraLaCorrecciónPolítica (X) por Agustin Campero

INACTUALIDADES
The Knick – Primera y segunda temporada por Ariel Esteban Ramos
Woodstock por David Obarrio

Participaron en este número:
Ignacio Balbuena
Mariano Bizzio
Amilcar Boetto
Andres Brandariz
Agustin Campero
Tomás Carretto
Juan Manuel Domínguez
Ludmila Ferrreri
Federico Karstulovich
Carla Leonardi
Sergio Monsalve
David Obarrio
Fernando Luis Pujato
Ariel Esteban Ramos
Pedro Gomes Reis
Marcos Rodríguez
Luciano Salgado
Guido Segal 
Rodrigo Martín Seijas
Gabriel S. Suede

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